lunes, 27 de octubre de 2014

ALIQUANDO BONVS DORMITAT HOMERVS (“de vez en cuando duerme el buen Homero”)



No sabía bien Horacio, poeta romano del siglo I a. C., lo bien que vendrían las palabras que dan título a esta entrada para describir al segundo Homero más célebre que en el mundo ha sido. Hablamos, por supuesto, de Homer Simpson, ese padre de familia torpón y barrigudo que ni por casualidad da una a derechas. Y digo que le vienen bien las palabras de Horacio, porque el poeta preferido del emperador Augusto las escribió para subrayar la falibilidad humana. Sería un equivalente del castizo “hasta el mejor escribano hace un borrón”. Claro que a Homer Simpson mejor le vendría un semper que un aliquando...
En cualquier caso, resulta que en el capítulo Historias de dominio público los Simpson homenajean al auténtico Homero y con Homer en el papel de Odiseo / Ulises -¡viva la ironía!- recrean algunas de las escenas más célebres de la Odisea. Aquí os lo dejo para aquellos que os lo perdisteis en clase.
Por favor, prestad atención a los mecanismos con los que Matt Groening consigue el humor. Atended, sobre todo, a los anacronismos que hoy nos comentaba Aitor y no os perdáis a las Sirenas, más cerca de lo que pintó Homero que de lo que la tradición nos quiso hacer creer.
¡Ved, ved y reíd, reíd!



domingo, 26 de octubre de 2014

LET US SPEAK GREEK!



En la muy tradicional y académica ciudad de Boston hacen ciencia de frontera. La hacen, al menos, Olivia Dunham, Peter y Walter Bishop, los protagonistas de Fringe, otra estupenda serie de ciencia ficción del gurú de lo extraño e inquietante, J. J. Abrams. A lo largo de los cien capítulos de sus cinco temporadas se duplican las dimensiones  y se analizan innumerables fenómenos paranormales, entre los que se cuenta la glosolalia, ¡en lenguas clásicas! Aquí tenéis, por cierto, una nueva palabra para vuestro glosario, glosolalia, “don de lenguas”, del griego γλῶσσα (‘lengua’) y λαλιά (‘conversación’). Los villanos de los primeros capítulos, al igual que los de aquella inquietante isla de Perdidos, hablan latín y Olivia regresa de un viaje interdimensional hablando griego, como podéis ver en el siguiente clip, que, seré buena, incluye susto. No digáis que no os avisé...


Sin embargo, latín y griego se hallan presentes en nuestro mundo y no es necesario que vayamos a otras dimensiones para encontrarlos. Ya sabéis, amigos míos, lo que opino del calificativo maldito de “muertas” que los bárbaros se empeñan en asignarles a nuestras dos lenguas preferidas. Nos centraremos hoy en el griego, que vive y colea no solo en Grecia, sino también en nuestra lengua. ¿Dónde? En el léxico científico-técnico, sobre todo. Basta una visita al hospital, por ejemplo, para que carteles y médicos nos bombardeen con términos procedentes de la lengua de Homero. Aquí os dejo unos cuantos. 

Vuestra tarea, my happy few, es explicar brevemente el significado de todos ellos acudiendo siempre a su etimología. Para muestra, como siempre, un botón:

- Oftalmología: disciplina médica que se ocupa de los ojos; del griego ὄφθαλμός y λόγος

- Neumología:
- Cardiología:
- Neurología:
- Ginecología:
- Urología:
- Traumatología:
- Pediatría:
- Psiquiatría:
- Anestesia: 

Y vuestra tarea es también permanecer alerta y traer a clase cada término de origen griego con el que os topéis o creáis haber topado. ¡Buscad, buscad!

martes, 21 de octubre de 2014

EL DÍA DE SAN CRISPÍN: LA MEJOR ARENGA JAMÁS ESCRITA



Ahora que todos os habéis formado ya, más o menos, una idea de las características esenciales de la épica, no podía pasar por alto la que, sin duda, es la arenga más bella jamás escrita, aunque no venga firmada por Homero o por Virgilio. El sábado 25 de octubre, amigos míos, es San Crispín, patrón de los zapateros, y celebramos, pues, el aniversario de la heroica batalla de Agincourt (1415), en la que un mermado ejército inglés comandado por Enrique V derrotó a las, en principio, muy superiores fuerzas francesas. 

Cuentan los libros de historia que la clave de tan inesperada victoria fue la destreza de los arqueros ingleses, más capaces que una caballería francesa entorpecida por la lluvia y el barro. Sin embargo, el más célebre dramaturgo que en el mundo ha sido, William Shakespeare, le atribuye el mérito de la victoria a la arenga que, poco antes de la batalla, pronunció el mismo rey Enrique V ante sus inquietos hombres. Y para aquellos que no sepáis lo que es una arenga, es lo que los horteras manuales de autoayuda llamarían discurso de motivación. Nosotros, ya lo sabéis, reivindicamos lo simple, así que nos quedamos, por supuesto, con el término arenga, y reivindicamos también la magia y el poder de la palabra, así que estamos encantados de darle a Shakespeare y a su locuaz Enrique V el crédito que la Historia le ha dado a la estrategia militar. Os dejo con Su Majestad, muchachos, tal cual lo representa para la gran pantalla Sir Kenneth Branagh. 

Ved, oíd y disfrutad, felices pocos... y, cuando hayáis terminado, volved a verla. Solo después podréis y deberéis buscar en el cine o entre vuestros libros una arenga que queráis compartir con nosotros. No será, seguramente, tan hermosa como esta pero igualmente traedla por aquí.



¡Feliz Día de San Crispín!

martes, 14 de octubre de 2014

EXPRIMAMOS LA MATERIA GRIS



χαίρετε πάντες! Ahora que ya sois capaces, más o menos, de reconocer las letras griegas, vamos a subir un poco el nivel. Os traigo esta semana una prueba cuya resolución, según creo, os exigirá poner a trabajar la materia gris, que diría otro Hércules famoso, el Poirot de Agatha Christie.
Siguen a continuación unas palabras extraídas del texto original, insisto, original, de una obra fundamental de la literatura griega:
Οὖτις ἐμοί γ' ὄνομα
Las palabras subrayadas, que podéis encontrar tal cual en cualquiera de los diccionarios de Griego-Español que hay en la sección de Lexicografía de nuestra biblioteca, tienen la clave que os permitirá responder a las siguientes cuestiones:
            1. ¿De qué obra y autor procede este brevísimo fragmento?
            2. ¿En qué episodio aparecen dichas palabras?
            3. Resúmelo en no más de diez líneas.
Me consta, por cierto, que esto del Latín y el Griego sirve para hacer amigos y que estáis en buenas relaciones con algunos de mis alumnos más experimentados. Me alegro, por supuesto, de que mis felices pocos, my happy few, que diría Shakespeare, se lleven tan bien pero en esta ocasión su ayuda, si es que la hay, se limitará a prestaros sus diccionarios. Y creedme, desde mi panóptico particular, soy como el Gran Hermano de George Orwell, todo lo veo y de todo me entero. Así que buscad, buscad, pensad, pensad y… no os dejéis los ojos!
Aquí os espero durante una semana.

lunes, 6 de octubre de 2014

¡NO ES UN EJÉRCITO, SON CERDOS!



Corren tiempos oscuros y violentos en un mundo de fantasía cercano a la Tierra Media de Tolkien. La malvada reina Bavmorda se ha propuesto acabar con la vida de Elora Danan, la encantadora recién nacida que, según la profecía, terminará con su reinado de terror. La intervención in extremis de una lavandera frustra sus planes y la pequeña Elora acaba río abajo en una cesta. ¿Os suena este detalle? ¿No?
Sea como fuere, la pequeña llega a una apacible aldea de enanos donde Willow, un joven campesino, intenta convertirse en aprendiz de mago. Los negros ejércitos de Bavmorda no tardan en averiguar el paradero de la niña y una singular compañía se forma para llevar a Elora lejos de los límites de la aldea. De nuevo, las similitudes con Tolkien y su comunidad del anillo son evidentes. Este es el argumento de Willow, estupenda película de 1988 dirigida por Ron Howard que ninguno de vosotros debería dejar de ver una tarde lluviosa de sábado.
En el vídeo que hoy os dejo Willow y sus audaces acompañantes llegan ante el castillo de Bavmorda para rescatar a la pequeña pero la magia negra es muy muy poderosa y pronto el pequeño ejército acaba convertido en una piara de cerdos. 

Tenéis una semana, siete días con sus siete noches, para encontrar el ejemplo más célebre de metamorfosis porcina del mundo clásico, resumir el episodio e indicar dónde se narra. Como siempre, espero vuestras respuestas en forma de comentario. Tic-tac, tic-tac...
¡Husmead, husmead, mis jóvenes amigos!