Cuando
dentro de un par de años lleguéis a Bachillerato y -Lomce volente- estudiéis
Filosofía, os contarán que los griegos fueron los primeros en plantearse de
modo racional el Origen, así, con mayúscula, o ἀρχή
(arché) de las cosas. Os contarán también
que en su pensamiento se aprecia el paso del mito al λόγος
(lógos), a saber, del relato
maravilloso a la razón. Los griegos son, así pues, los padres de la Filosofía y
de la Ciencia, lo que, estaréis conmigo, no es moco de pavo.
Sabéis, sin embargo, que aquí somos unos
románticos y que, aunque somos más que capaces de darnos al pensamiento
racional, nos encanta también disfrutar de una buena historia. El acervo mítico griego está plagado de
ellas. En estos pocos meses habéis leído, por ejemplo, acerca del rey Minos y
Pasífae, del Minotauro, de Dédalo e Ícaro, de Teseo y Ariadna, de héroes casi,
casi invulnerables, y seguiremos maravillándonos con relatos tan increíbles como
siniestros y truculentos. Estas historias sirvieron, en su momento, como cosmogonía (“origen del mundo”) o como relato etiológico (“que se ocupa de las
causas”).
Empecemos, pues, por el principio. Hesíodo
(s. viii a. C.), autor de Teogonía y de Trabajos y Días, relató el origen del mundo desde el Vacío o Caos,
cómo el Cielo o Urano cubrió -ejem, ejem- a Tierra o Gea e intentó evitar
después que sus hijos salieran de ella, hasta que Cronos logró salir de su
rebosante madre y con una hoz -¡zas!- rebanó los genitales de su padre. De las
gotas de sangre salpicadas nacieron las Erinias o Furias. En cuanto a los
genitales amputados... fueron flotando por el Mediterráneo y de la espuma que
produjeron nació, cómo no, Afrodita, diosa del amor sexual.
No os azoréis ni sonrojéis, mis
cándidos amigos, pues vuestra tarea no está relacionada con tan crudo mito,
sino con el vídeo que sigue a continuación, sorprendente resultado de la labor
de un grupo de investigación llamado Panoplia
que se ha propuesto recontar la mitología clásica sirviéndose de las imágenes
de la cerámica griega. Se reproduce en este caso el mito de Pandora, que relata
Hesíodo como explicación del origen del mal en el mundo y del que trataremos
largo y tendido, no sin que antes os preparéis leyendo sobre él en el Diccionario de Grimal y dejando un
resumen de no más de 20 líneas en forma de comentario. Tenéis una semana.